Purifica tu hogar: ceremonias esenciales de Feng Shui
1) Morijio — pequeños montículos de sal en las entradas (Japón, muy común)
Propósito: bloquear influencias pesadas en la puerta y atraer una energía limpia y respetuosa.
Materiales: sal marina sin refinar, 2 platillos/bases pequeños (idealmente de cerámica), paño.
Cuándo: luna nueva, inicio de mes o después de una discusión/visita cargada.
Pasos:
- Limpia rápidamente el umbral (barrer + pasar un paño).
- Forma dos pequeños conos (o montoncitos) de sal (≈ 1 cda cada uno) sobre dos platillos.
- Colócalos a ambos lados de la entrada, dentro, de forma discreta.
- Formula una intención clara: «Que esta sal purifique y eleve la energía de este hogar.»
Frecuencia y mantenimiento:
- Reemplaza la sal cada 7–10 días (o antes si se apelmaza/amarillea).
- Eliminación: tírala a la basura fuera de la casa, o disuélvela en el exterior en agua que se vaya por el desagüe (no reutilizar para cocinar).
Consejo Feng Shui:
- En una tienda, añade un tercer pequeño cono detrás de la caja registradora para estabilizar la energía del dinero.
2) Cura de agua con sal (clásico Feng Shui para absorber el «Qi enfermo»)
Propósito: absorber vibraciones estancadas, especialmente en zonas “pesadas” (p. ej., dormitorios poco ventilados, rincones oscuros).
Materiales: vaso o frasco transparente nuevo, sal marina, agua, 6 monedas (tradicionalmente chinas con orificio; de lo contrario 6 monedas metálicas limpias), platillo o posavasos pequeño.
Cuándo: inicio de año/estación, tras obras o enfermedad, o durante 1–3 meses en un área densa.
Pasos:
- Coloca el frasco sobre un platillo. Llénalo hasta la mitad con sal.
- Pon 6 monedas encima de la sal (caras hacia arriba).
- Vierte lentamente agua hasta 1–2 cm por debajo del borde.
- Coloca la cura donde la pesadez sea más fuerte (evita cocina/dormitorio infantil).
- Déjala actuar sin moverla. La sal puede cristalizar y desbordarse: es normal (está “captando”).
Duración y mantenimiento:
- Déjala 1–3 meses. No toques las cristalizaciones.
- Si desborda demasiado, coloca un plato grande debajo y no limpies hasta el reemplazo.
Eliminación (importante):
- Introduce frasco + contenido + monedas en una bolsa, ciérrala y descártala afuera (basura exterior).
- No reutilices ni las monedas ni el frasco.
Consejo Feng Shui:
- Evita colocar la cura cerca de aparatos electrónicos sensibles (humedad + sal = corrosión).
3) Lavado con sal (fregado o limpieza) — “limpieza básica” panasiática
Propósito: refrescar el campo energético de suelos y superficies, “hacer bajar” y expulsar el Qi usado.
Materiales: cubo, agua tibia, sal marina (2–3 cdas), un chorrito de vinagre de arroz o de manzana, paño/fregona reservado para el ritual.
Cuándo: en cada luna nueva, tras visitas pesadas, mudanza o cuando el ambiente se sienta pegajoso.
Pasos:
- Abre ventanas/puertas para crear una ligera corriente de aire.
- Prepara el agua: 2–3 cdas de sal + un chorrito de vinagre en el cubo.
- Desde el fondo hacia la entrada: friega en sentido horario habitación por habitación, como reuniendo la energía hacia la salida.
- En los umbrales, limpia con esmero (los umbrales “guardan” huellas).
- Aclara rápidamente con agua limpia si hace falta (para evitar residuos).
Eliminación:
- Vierte el agua en el inodoro/desagüe, no en el fregadero de la cocina.
- Enjuaga el cubo afuera si es posible. Déjalo secar al sol/aire.
Opción de cierre (rápida):
- Espolvorea una pizca de sal fuera de la puerta principal, déjala 1 hora, y luego barre hacia afuera diciendo: «Todo lo pesado se va ahora.»
Consejos generales (seguridad y eficacia)
- Sal: prefiere sal marina o de roca, no yodada, sin perfume.
- Intención y respiración: antes de cada ritual, 3 respiraciones profundas + una intención breve y positiva.
- Residuos energéticos: toda sal usada es definitiva—descártala, no la recicles.
- Ritmo: Morijio (semanal), Lavado con sal (mensual o según necesidad), Cura de agua con sal (1–3 meses, focalizada).
- Compatibilidades: puedes continuar con incienso (sándalo, benjuí) después de la sal, nunca antes.
Por qué limpiar la energía de los lugares — y por qué hacerlo con sal y agua en un frasco de vidrio
1) Los espacios almacenan lo que vivimos
Cada lugar “recuerda” nuestros pasos: reuniones intensas, discusiones, enfermedad, estrés… Todo deja una huella vibratoria (ambiente denso, cansancio, irritabilidad, dificultad para concentrarse). En el Feng Shui y en muchas tradiciones asiáticas, el Qi (aliento vital) debe circular. Cuando se estanca, se resienten la calidad de vida, la creatividad y la prosperidad.
2) Limpiar libera la circulación del Qi
La purificación regular ayuda:
- En casa: mejor sueño, cohesión familiar, recuperación.
- En el trabajo: claridad mental, cooperación, toma de decisiones.
La limpieza energética complementa la higiene física (ordenar, ventilar). Primero se quita el polvo y luego se aligera la atmósfera sutil—como abrir ventanas invisibles.
3) ¿Por qué la sal?
- Tradición: desde Japón (morijio) hasta China, la sal es un purificador ancestral.
- Propiedades prácticas: la sal es higroscópica (atrae la humedad) y cristaliza. En los rituales actúa como absorbente de cargas pesadas; sus cristales “atrapan” lo que debe salir del lugar.
- Simplicidad y neutralidad: sin perfume, no tóxica, económica; actúa sin sobreestimular el espacio.
4) ¿Por qué el agua?
- Medio de transferencia: el agua capta y transporta. Mezclada con sal, ayuda a disolver y drenar los estancamientos.
- Regulación: el agua templa el exceso de Fuego emocional (tensión, ira), útil tras conflictos o periodos de actividad intensa.
5) ¿Por qué un frasco de vidrio?
- Transparencia = consciencia: ver el proceso (cristalización, depósitos, turbidez) hace visible lo invisible.
- Neutralidad: el vidrio no reacciona como algunos metales y no impregna olores.
- Retroalimentación energética: si el frasco cristaliza mucho, es un indicador de carga. Sabes cuándo prolongar o reemplazar la cura.
6) Efectos esperados tras la purificación
- Claridad mental: menos neblina, decisiones más fluidas.
- Estado de ánimo y sueño: atmósfera más calmada, conciliación del sueño más fácil.
- Relaciones: menos reactividad, intercambios más constructivos.
- Prosperidad y creatividad: cuando el Qi fluye, los proyectos avanzan y las oportunidades se presentan con mayor nitidez.
7) Ritual exprés: la “Cura de agua con sal” (frasco de vidrio)
Materiales: 1 frasco de vidrio transparente, sal marina sin refinar, agua, 6 monedas (idealmente chinas con orificio; si no, 6 monedas metálicas limpias), 1 platillo.
Pasos (5 minutos)
- Coloca el frasco sobre el platillo. Llénalo hasta la mitad con sal.
- Pon 6 monedas encima de la sal (caras hacia arriba).
- Vierte lentamente agua hasta 1–2 cm por debajo del borde.
- Coloca la cura donde la vibra se sienta más pesada (rincón oscuro, zona de paso tenso, sala de reuniones).
- No lo muevas. Déjalo actuar de 1 a 3 meses. La cristalización y las “correrías” blancas son normales.
Importante:
- Mantener fuera del alcance de niños y mascotas.
- Evitar cerca de aparatos electrónicos (humedad + sal).
- Fin de la cura: coloca frasco + contenido + monedas en una bolsa sellada y descártalo afuera. No reutilizar.
8) Ritmo recomendado (simple y sostenible)
- Frasco de agua con sal (cura): 1–3 meses en zonas pesadas; renovar según necesidad.
- Morijio (dos pequeños montículos de sal en entradas): cambiar semanalmente.
- Fregado con sal (mopa/agua tibia + 2–3 cucharadas de sal): mensual o tras eventos intensos.
Formula siempre una intención clara y positiva: «Que este lugar vuelva a ser luminoso, armonioso y protector para todos.»
9) En síntesis
La sal (estructura cristalina), el agua (disolución y transferencia) y el vidrio (neutralidad, visibilidad) forman una tríada eficaz: simple, económica y profundamente arraigada en prácticas asiáticas. Usada con regularidad, clarifica los espacios y sostiene tu salud, tus relaciones y tus proyectos.